Si quieren, me piden luego otro texto.
¡Suerte! ¡Los espero!
La Profe.
1) El dolor es parte de nuestra condición humana, deuda de nuestra raza de seres atados al tiempo. No hay hombre sin dolor. Y Dios no «tolera» los dolores, sino que[1] respeta la condición temporal del hombre. Pero además Dios sí nos da la posibilidad de un dolor fructífero.Lo hizo fructífero él mismo en la Cruz y así creó una misteriosa fraternidad de dolor.
2) Sólo la gracia de Dios me ha mantenido alegre en estos años. La experimenté como una suave caricia. Dios no me ha fallado en momento alguno. En casi todas las horas oscuras siempre llegaba una carta, una llamada telefónica, un encuentro casual en una calle; así podía recuperar la calma. ..Muchos otros enfermos no han tenido ni tienen en esto la suerte mía.
De “Reflexiones de un enfermo en torno al dolor” de José Luis Martín Descalzo. Adaptación
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